El hombre propone y Dios dispone. Como todo niño tiene sus ideales, yo decía que quería ser maestro. Siempre me ha gustado la lectura, la ortografía y aprender de los libros y enseñar. Aunque suene un tanto aburrido, no lo es.
Crecí con esa meta en mi mente. Cuando finalicé tercer año, hoy noveno grado, tuve la oportunidad de realizar estudios en la Escuela Normal de Santiago. No obstante, decidí ingresar al Bachiller en Letras en la Escuela Secundaria Pedro Pablo Sánchez, de La Chorrera. En el bachiller experimental (cuarto año) era uno de los pocos estudiantes que decía que estudiaría Letras, pues la mayoría decía que querían ser doctores. Se acabó el bachiller y todavía decía que quería ser docente, pero me encontré a una gran amiga: Nimia Martínez, con ella hice los tres años de bachiller. Luego, ella se matriculó primero que yo en la universidad y entre sus opciones estaba periodismo. Nunca me había gustado esa carrera. No me imaginé como reportero, pero me inscribí en la Facultad de Comunicación Social. Curiosamente, hice mis cuatro años de licenciatura con Nimia y me gradué otra vez con ella. Tengo siete años y medio de estar ejerciendo esta profesión y no sé nada de aquella colega que me vendió la idea de hacer algo que dejara mucha satisfacción. Ella me metió en este barco y aquí estoy navegando. Sólo sé que ella tuvo varios hijos y a uno de ellos le puso Didier. ¿Qué les parece?
didier.gil@epasa.com
domingo, 12 de septiembre de 2010
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