domingo, 12 de septiembre de 2010

No somos islas

Esta semana estuve en la búsqueda de una dirección por el área de Brisas del Golf y San Antonio. Por cosas del destino me tocó acompañar a la periodista que investigaba la noticia sobre el menor de edad que le disparó y mató a uno de los cuatro maleantes que atacaron a su madre.
De esa búsqueda me quedaron tres grandes inquietudes.
Uno: que las personas viven como islas, hay poca interactividad entre los vecinos, pues nadie sabía nada de lo que había pasado, a pesar de que esa era la noticia del día por el impacto que tiene en la sociedad y en la que se denota que la inseguridad llevó a este joven a tomar la justicia por sus manos.
Dos: que una parte considerable de la ciudadanía está desinformada o no le gusta ver, leer ni escuchar noticias, razón por la cual no conoce ni puede emitir una opinión sobre un tema equis. Tristemente no saben ni por dónde anda tabla sobre el rumbo del país.
Tres: que las personas que viven en barriadas tienen un orden en la numeración de sus casas, pero muchos de ellos se han acostumbrado a describir el área más que en precisar un punto exacto. Por ejemplo, buscando la residencia de aquel joven nos dijeron: "Más adelante del súper, luego a mano derecha, hay una casa amarilla con una lavadora vieja al frente". Eso me recordó a mi admirada gente de la campiña, que alegóricamente te dicen una dirección como: "Allí alantito, debajo del palo de mango".
Amigos lectores, con esta experiencia, queda la invitación para todos de ser más sociables, conozcamos más de lo que pasa en nuestro país y aprendamos a dar direcciones. Si cada uno pone de su parte, otro gallo cantaría. Por algo hay que empezar.
didier.gil@epasa.com

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