domingo, 20 de febrero de 2011

Se ve de todo


Didier Hernán Gil | DIAaDIA

El pasado domingo viajé desde Capira a la capital en una chiva de Ocú y con solo mirar lo que hacían los demás pasajeros me divertí muchísimo. Es comiquísimo y le invito a que cuando tenga la experiencia, le saque provecho, pero con mesura.

¿Por qué? Sucede que dentro de ese transporte me encontré con personas que traían gallinas en cajetas, frutas en sacos, algunos roncaban y vi niños con náuseas; en fin, fue un viaje como sardina en lata. Para que una persona bajara del auto o entrara todo era un caos. Usted solo tenía que ver las caras y sacaba sus propias conclusiones.

Quería soltar la carcajada, pero me aguanté para no dañar el paseo. Llegada la hora del sorteo dominical, una señora sacó un radio cuadrado, el que hacía un ruido terrible, pues no tenía buena señal, pero por nada del mundo guardó ese equipo, que tal vez le daría a conocer su buena suerte, pero no fue así. Solo lo guardó decepcionada, alegando que no recuperó lo invertido.

Estando en La Espiga de La Chorrera se subió una turba de buhoneros con papitas, dulces, sodas, churros, entre otras picadas. Entre ellos se formó una discusión, cual chiquillos, peleando por un dulce, y nadie les compró por su desorden. Los pregones tampoco les ayudaron, solo causaron gracia.

A veces nos quejamos de que las cosas no andan bien a nuestro alrededor, pero viendo la realidad de otros, se aprende que hay una esperanza y motivos para sonreír.

didier.gil@epasa.com

lunes, 14 de febrero de 2011

¿Qué está pasando?



Didier Hernán Gil | DIAaDIA

-¡Hola, buenos días! Me puede complacer con el tema "X".
-¿Por qué quieres escuchar ese tema?, le dijo la dj en cabina.

-Es que se lo dedico a mi papá que se fue de la casa con otra mujer y eso me está afectando mucho.

-¿Y cuántos años tienes, amiguita?

-Tengo doce años y estoy muy triste. Papá, si me estás escuchando allá en Unión Veragüense, acuérdate que mi hermanito y yo también existimos.

Este fue el diálogo que cautivó a muchos radioescuchas de un programa radial matutino esta semana. Supongo que al igual que yo, otros oyentes quedaron pausados y pensando qué responder ante un caso como ese. Nadie se lo esperaba.

La operadora de cabina trató de darle palabras de aliento a aquella niña, pero sus conclusiones eran muy complicadas.

Como fémina, la dj al paso supo que era un problema delicado y al final prefirió dejar correr la música. Un silencio sepulcral se escuchó y a los minutos, la dj volvió al aire reconociendo que se le hizo un nudo en la garganta por la situación que la niña le reveló.

Y así sucede diariamente en nuestro Panamá. Papá y mamá tienen sus diferencias y dejan a los hijos con un gran signo de interrogación sobre sus cabezas. ¿Qué hacer? ¿A quién le hago caso? El diálogo entre ellos es nulo y dejan que el tiempo sea el mejor consejero.

Así como esa niña expresó su realidad ante una audiencia desconocida, cualquier ciudadano se puede aprovechar de su nobleza y lo que va a desencadenar es un problema mayor.

¿Qué papel están jugando los padres? ¿Qué familias estamos aportando a la sociedad? Es una realidad que da tristeza, pero no podemos quedarnos en la melancolía. Todos debemos aportar para un cambio. Apostemos a la unidad y fortaleza familiar.didier.gil@epasa.com

viernes, 11 de febrero de 2011

MEJOR TRATO




Como capireño que soy, siempre comparto las cosas positivas de mi distrito, pero en esta ocasión les presento una vivencia de mal gusto, y que ocurre en cualquier esquina del país, pero que debemos evitar, pues todo ciudadano debe tener presente que somos un país de tránsito y uno de nuestros fuertes es el servicio, es decir, una buena atención, entre otros atributos.
Cierta ocasión invité a un amigo a comprar carne asada y arepas a orilla de la Interamericana. La comida se veía y olía deliciosa. No recuerdo si tenía hambre en ese momento.

Lo cierto es que la atención del dependiente fue de la patada. Ese día me dije: no le voy a seguir la corriente, pues no me voy a poner a su nivel.

Se imaginan ustedes si ese día, como dicen por ahí, "anduviera con las sábanas arrastrando". ¿Cuáles serían los resultados? Es cierto que cada uno tiene su carácter, pero tampoco para que cuando se haga una pregunta te respondan con dos piedras en las manos.

En otro local de venta de pollos asados, hubo una señora que faltando pocos minutos para cerrar el establecimiento parece que descargó todo su estrés de la jornada. Simplemente le sonreí y le dije: "Yo no tengo la culpa de su enojo ni tampoco la he tratado con groserías".

La verdad es que es decepcionante lidiar con personas de este tipo, pues lo más seguro es que si uno se queja ante sus jefes, por lo menos les harán un llamado de atención o, en caso extremo, los despidan. Si los botan, entonces, esas personas son capaces de culpar a los clientes de sus malas rachas. No sé si en sus casas, tal vez, las cosas no andarán bien, pero si perdieran sus trabajos, serían peores.

Yo lo pienso así antes de actuar y analizo a las personas, pero cada cabeza es un mundo. Después, solo queda el arrepentimiento... didier.gil@epasa.com

Prohibido callar



Como ganador del premio Edward R. Murrow 2009, que otorga el Departamento de Estado de los Estados Unidos, tuve la experiencia de conocer más sobre las diferentes facetas culturales y políticas de este país norteamericano.
Y traigo a colación esta experiencia, pues los fines de semana, en este viaje, se acostumbra a visitar a una familia para percibir de primera mano su arte culinario, el "modus vivendis" de los gringos, entre otras costumbres. Durante mi estadía en Oklahoma City, una ciudad donde los anfitriones se desbordan en hermandad, les compartí algo de lo panameño.

Ese domingo, pese a niveles bajos de temperatura, me puse mi camisa tonosieña, pantalón negro, un sombrero a la pedrá y mis cutarras. ¡Ahh!, la chácara no se me quedó y dio mucho que hablar.

Mis colegas latinos se quedaron sorprendidos por esta iniciativa singular y se lamentaron que no se les ocurrió algo similar. El caso es que si los gringos me iban a hablar de sus tradiciones, yo les regalé un pantallazo de nuestro folklore. De este tema hay mucho que hablar y más cuando conoces y te gusta darlo a conocer.

Justamente fue eso lo que percibí esta semana cuando, por casualidad, me deleité con la participación de los niños de Semilla de Cantores. Aunque no la conozco personalmente ni por referencias, la representante de Panamá Oeste, Ana Lorena Cárdenas, me transmitió ese conjunto de sentimientos que enfatizan ese amor y sabor a Panamá.

En fin, las controversias de los pequeñines de Chiriquí, Herrera, la de Colón y Veraguas, entre otros, son , "grosso modo", esa esencia de lo que muchos panameños se enorgullecen, y que los hacen reaccionar abruptamente cuando te enteras por las noticias que en Panamá hay extranjeros dueños de hostales que en sus instalaciones tienen carteles que dicen : "Prohibido escuchar música típica". Quedarse callado a esto es no tener identidad ni dignidad. didier.gil@epasa.com

Hablando de fe



Desde que comencé mi catequesis de primera comunión, me acerqué más a mi comunidad de fe, que hoy, con mucho orgullo, profeso. En mis abuelos vi ese ejemplo desde que tenía uso de razón, y luego de la desaparición física de mi padre, mi madre me incentivó a asistir a la iglesia.
Me gustó y le tomé mucho aprecio al escuchar la palabra de Dios y trabajar por las obras sociales de la iglesia, tanto que me fui comprometiendo cada vez más. Disfruté de participar del grupo juvenil de mi comunidad e hice mi curso de confirmación donde aprendí y afiancé valores. Hasta llegué a coordinar el grupo juvenil y asumí otros compromisos dentro de la parroquia San Isidro Labrador de Capira.

Trabajé con sacerdotes y religiosas, de quienes aprendí y me empapé en el tema eclesial. Hoy, producto de aquella experiencia enriquecedora, todavía cargo con el apodo de "padre". Y no me avergüenza, ya que se estableció un liderazgo y confianza dentro de una comunidad, que incluso me ha servido mucho en el ámbito profesional.

Qué alegría me da saber que todavía muchos de los jóvenes con los que compartí experiencias buenas y malas siguen participando dentro de la parroquia y se mantienen unidos trabajando por el prójimo. La mayoría está bajo el paraguas del grupo Mixtura RF2, que, con sus acciones de servicio, continúan llevando el mensaje de Dios y trabajando por los más necesitados. Hace poco se metieron a la montaña de Capira a llevar regalos a niños y regresaron agotados, tanto de caminar como de montar a caballo y quedar atrapados en el lodo. Pero cumplieron su misión.

A veces me da la impresión que vivo en un país indiferente, pero con acciones como estas sé que aún puede germinar la semilla que se siembra y se abona durante la niñez y la adolescencia. didier.gil@epasa.com

Soñar con Biblia


Esta semana tuve un sueño que me ha dejado meditando. No recuerdo el lugar exacto, pero todo sucedió en un baño de varones. Sí, ese fue el escenario de esta experiencia.
Sucede que una persona en la empresa para la que laboraba llegaba a despedirse y confesaba que todo lo había perdido por culpa de una adicción. "Me despidieron porque tengo problemas con las drogas". Los que allí estábamos nos miramos los unos a los otros sin decir una palabra.

Aquel caballero apesadumbrado siguió compartiendo su carga, y mirando hacia el piso decía: "En estos momentos, necesito una Biblia, porque mi vida tendrá que cambiar".

Esa noche me preguntaba de qué escribiré en esta columna y la respuesta llegó. Antes de caer rendido tuve varias ideas, pero me desperté de madrugada y me quedé pensando en esta idea. Lamento no recordar quién era ni quiénes eran el resto de los protagonistas. Cosas de los sueños.

Lo cierto es que meditando en la vivencia expuesta volví a reafirmar lo que ya anteriormente había concluido. En la mayoría de las casas hay una Biblia, siempre o casi de lujo. Tal vez llena de polvo y abierta en un salmo. Así somos y hay que reconocerlo.

¿Por qué en los momentos de dificultad es que nos acordamos de que hay una palabra de aliento para nosotros en ese libro sagrado? Cierto, nunca es tarde, pero no hay que estar hasta el cuello en problemas para recurrir a ella y saborearla.

Como dicen mis superiores en edad: "El hábito no hace al monje". Puedes cargar una Biblia en tu mano, como un celular, pero, si no le has cogido amor a su contenido, te la podrás leer toda, y seguirás siendo la misma persona con la misma mentalidad. Es una decisión personal.

didier.gil@epasa.com

´No es lo mío´



En los años que tengo como reportero... ¡Jooo! Aclaro que menos de una década, me ha tocado coordinar la práctica de algunos estudiantes de periodismo a los que sin demeritar a nadie, un buen día tocaron las puertas de la redacción de DIAaDIA para dar sus primeros pasos en esta hermosa, pero sacrificada profesión. Sin embargo, sucede que en el camino o tristemente, luego de cuatro años de estudios universitarios, no es hasta cuando llegan a la práctica final, que ponen un pie en las salas de redacción. Conozco de casos de estudiantes, próximos a graduarse, que una vez asumen los sinsabores de esta carrera han llegado a decir: "lo siento, gracias por la oportunidad, pero creo que me equivoqué de carrera", otros más tajantes alegan: "esto no es lo mío". ¡Wao! Sinceramente que con realidades como estas uno queda pasmado y te preguntas: "qué podemos esperar de las nuevas generaciones". Recuerdo casos de jóvenes que no les gustó "este negocio" y ni siquiera regresaron por la evaluación final. Así de fácil, así de simple. Tal vez debió haber sido una decisión muy fácil... No obstante, hay que destacar a aquellos jóvenes a los que no dejan de sorprender con su ingenio, tenacidad y buena ortografía, tan necesarios en estos tiempos. La verdad es que cuando te los encuentras, por tu mente suele pasar: "este sí que habla el mismo idioma", "este sí que sabe por dónde anda el asunto". Esas son las semillas que necesita el periodismo panameño... No sé dónde estará la falla, pero creo que es una cadena: decisión personal (no es porque papá ni mamá quiere, es porque tienes vocación para esto), planes de estudios obsoletos, y por ende, docentes desactualizados, aunque no son la mayoría; y preparación personal para cualquier campo. En este último punto hago énfasis, pues la mayoría entra a las aulas de Comunicación Social "para salir en la televisión", pero hay talentos para la radio, la televisión, la internet y la prensa escrita, entre otros. A estos estudiantes les digo: Despierten y pongan los pies sobre la tierra, pues la competencia está dura, ya que para llegar a la pantalla chica pareciera que hoy día solo hay que participar en un concurso de belleza, canto o un 'reality' que quizá ya dijo adiós a sus audiencias. Hacer periodismo no es una pantalla, no por gusto el 2010 cerró en Panamá con más de quince ataques directos a la libertad de expresión, con la condena y arresto de periodistas, además de la reapertura de los procesos legales contra 51 periodistas, acusados de calumnia e injurias. Es justo y necesario decir que en el mundo para el 2010 hubo la muerte de 57 periodistas, otros 127 tuvieron que huir de sus países... Otros fueron agredidos, arrestados o censurados. ¡Dios bendiga a Panamá! didier.gil@epasa.com.

sábado, 5 de febrero de 2011

SAQUÉ PROVECHO




Viva la juventud panameña que le sirve a Cristo

Fotos: Santuario Nuestra Señora de Los Ángeles
-Costa Rica-


Desde el pasado jueves en la noche miles de jóvenes volvieron a encontrarse con Cristo en el inolvidable gimnasio del Colegio José Daniel Crespo, en Chitré. Ya son 32 años de realizar el encuentro nacional de jóvenes, obra que impulsó el recordado padre Segundo Familiar Cano, a quien conocí de cerca y escuché atentamente sus sermones. Aquel sacerdote de cabello blanco tenía carisma para darte un "tate quieto" con palabras de aliento. Hoy doy gracias a Dios por todas aquellas experiencias que me ayudaron en mi formación humano cristiana, pues participar en este encuentro no es solo un paseo, es entrar por la puerta a visualizar las cosas que Dios tiene preparadas para ti, teniendo en cuenta que nada es imposible sin Él, pues hay muchas piedras en el camino.
En este encuentro se viven días de mucha adrenalina, algunos han logrado confirmar ese llamado a servir al Reino de Dios. Otros siguen militando desde el matrimonio, soltería o laicado en las labores de evangelización que tanto necesita nuestra sociedad. Esos son frutos de este encuentro. Esta es una experiencia donde todos parecen estar ebrios, pero en el espíritu. Aguantarse horas sentado en el piso escuchando una enseñanza es quizás la confirmación de que Dios quiere algo en estos jóvenes y nuestro bendecido terruño: ¡Panamá!

A todo el equipo organizador mis bendiciones y a los participantes no olviden su compromiso. Con Dios no se juega, y si se presenta la prueba, recuerda que en Cristo está la victoria. didier.gil@epasa.com

viernes, 4 de febrero de 2011

MEJOR TRATO


¡Sí, así fue!

Como capireño que soy, siempre comparto las cosas positivas de mi distrito, pero en esta ocasión les presento una vivencia de mal gusto, y que ocurre en cualquier esquina del país, pero que debemos evitar, pues todo ciudadano debe tener presente que somos un país de tránsito y uno de nuestros fuertes es el servicio, es decir, una buena atención, entre otros atributos.
Cierta ocasión invité a un amigo a comprar carne asada y arepas a orilla de la Interamericana. La comida se veía y olía deliciosa. No recuerdo si tenía hambre en ese momento.

Lo cierto es que la atención del dependiente fue de la patada. Ese día me dije: no le voy a seguir la corriente, pues no me voy a poner a su nivel.

Se imaginan ustedes si ese día, como dicen por ahí, "anduviera con las sábanas arrastrando". ¿Cuáles serían los resultados? Es cierto que cada uno tiene su carácter, pero tampoco para que cuando se haga una pregunta te respondan con dos piedras en las manos.

En otro local de venta de pollos asados, hubo una señora que faltando pocos minutos para cerrar el establecimiento parece que descargó todo su estrés de la jornada. Simplemente le sonreí y le dije: "Yo no tengo la culpa de su enojo ni tampoco la he tratado con groserías".

La verdad es que es decepcionante lidiar con personas de este tipo, pues lo más seguro es que si uno se queja ante sus jefes, por lo menos les harán un llamado de atención o, en caso extremo, los despidan. Si los botan, entonces, esas personas son capaces de culpar a los clientes de sus malas rachas. No sé si en sus casas, tal vez, las cosas no andarán bien, pero si perdieran sus trabajos, serían peores.

Yo lo pienso así antes de actuar y analizo a las personas, pero cada cabeza es un mundo. Después, solo queda el arrepentimiento... didier.gil@epasa.com




Periodista cubría funeral y policías lo agreden

RELATORÍA ESPECIAL MANIFIESTA PREOCUPACIÓN

POR AGRESIÓN A PERIODISTA DOMINICANO



Washington D.C., 3 de febrero de 2010 — La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifiesta su preocupación ante el ataque sufrido por el periodista dominicano Francisco Frías Morel por parte de presuntos agentes policiales, el 28 de enero en la ciudad de Nagua, en República Dominicana.


De acuerdo con la información recibida, Frías Morel y un grupo de periodistas cubrían el funeral de un joven que habría fallecido en un enfrentamiento con la Policía, cuando agentes policiales dispararon perdigones y lanzaron bombas de gas lacrimógeno contra al cortejo fúnebre. Varios proyectiles hirieron al periodista en la cara y el abdomen. El comandante policial en Nagua, Coronel Juan Antonio Lora Castro, sostuvo que la acción policial no se dirigió contra los periodistas sino que pretendía dispersar a una multitud que calificó como “alborotada”.


Frías Morel dirige la radio Cabrera FM, escribe un blog de noticias, coproduce un programa de noticias en radio Trébol FM y es asesor de prensa de un senador local. Según lo informado a la Relatoría Especial, el periodista había cuestionado en diferentes medios la versión policial acerca de las circunstancias en las que murió el joven.


La Relatoría Especial insta a las autoridades del Estado a investigar el incidente con diligencia y prontitud, para identificar al agresor, imponer una sanción proporcionada y reparar los daños a la víctima, con el fin de hacer justicia e impedir que este tipo de hechos se repitan.


El noveno principio de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH establece que: “El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada”.