lunes, 14 de febrero de 2011

¿Qué está pasando?



Didier Hernán Gil | DIAaDIA

-¡Hola, buenos días! Me puede complacer con el tema "X".
-¿Por qué quieres escuchar ese tema?, le dijo la dj en cabina.

-Es que se lo dedico a mi papá que se fue de la casa con otra mujer y eso me está afectando mucho.

-¿Y cuántos años tienes, amiguita?

-Tengo doce años y estoy muy triste. Papá, si me estás escuchando allá en Unión Veragüense, acuérdate que mi hermanito y yo también existimos.

Este fue el diálogo que cautivó a muchos radioescuchas de un programa radial matutino esta semana. Supongo que al igual que yo, otros oyentes quedaron pausados y pensando qué responder ante un caso como ese. Nadie se lo esperaba.

La operadora de cabina trató de darle palabras de aliento a aquella niña, pero sus conclusiones eran muy complicadas.

Como fémina, la dj al paso supo que era un problema delicado y al final prefirió dejar correr la música. Un silencio sepulcral se escuchó y a los minutos, la dj volvió al aire reconociendo que se le hizo un nudo en la garganta por la situación que la niña le reveló.

Y así sucede diariamente en nuestro Panamá. Papá y mamá tienen sus diferencias y dejan a los hijos con un gran signo de interrogación sobre sus cabezas. ¿Qué hacer? ¿A quién le hago caso? El diálogo entre ellos es nulo y dejan que el tiempo sea el mejor consejero.

Así como esa niña expresó su realidad ante una audiencia desconocida, cualquier ciudadano se puede aprovechar de su nobleza y lo que va a desencadenar es un problema mayor.

¿Qué papel están jugando los padres? ¿Qué familias estamos aportando a la sociedad? Es una realidad que da tristeza, pero no podemos quedarnos en la melancolía. Todos debemos aportar para un cambio. Apostemos a la unidad y fortaleza familiar.didier.gil@epasa.com

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