domingo, 20 de febrero de 2011

Se ve de todo


Didier Hernán Gil | DIAaDIA

El pasado domingo viajé desde Capira a la capital en una chiva de Ocú y con solo mirar lo que hacían los demás pasajeros me divertí muchísimo. Es comiquísimo y le invito a que cuando tenga la experiencia, le saque provecho, pero con mesura.

¿Por qué? Sucede que dentro de ese transporte me encontré con personas que traían gallinas en cajetas, frutas en sacos, algunos roncaban y vi niños con náuseas; en fin, fue un viaje como sardina en lata. Para que una persona bajara del auto o entrara todo era un caos. Usted solo tenía que ver las caras y sacaba sus propias conclusiones.

Quería soltar la carcajada, pero me aguanté para no dañar el paseo. Llegada la hora del sorteo dominical, una señora sacó un radio cuadrado, el que hacía un ruido terrible, pues no tenía buena señal, pero por nada del mundo guardó ese equipo, que tal vez le daría a conocer su buena suerte, pero no fue así. Solo lo guardó decepcionada, alegando que no recuperó lo invertido.

Estando en La Espiga de La Chorrera se subió una turba de buhoneros con papitas, dulces, sodas, churros, entre otras picadas. Entre ellos se formó una discusión, cual chiquillos, peleando por un dulce, y nadie les compró por su desorden. Los pregones tampoco les ayudaron, solo causaron gracia.

A veces nos quejamos de que las cosas no andan bien a nuestro alrededor, pero viendo la realidad de otros, se aprende que hay una esperanza y motivos para sonreír.

didier.gil@epasa.com

2 comentarios:

  1. y la sonrisa no hace daño no la burla sino la sonrisa diáfana e inocente del diario vivir que uno ve que otros se quejan de todo y hay otros que quisieran tener lo poco de los quejosos para vivir como reyes así es la vida ayudemos cada día A QUE SEA MEJOR PARA LOS QUE NOS RODEAN

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  2. Muy bueno!!! Pero Didier porque no reirte, si la verdad es que la vida en sí es un show... Que siga la función!

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