domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Qué nos queda?

Los que me conocen saben que defiendo mi tierra natal a capa y espada. Sin ánimos de herir susceptibilidades, Campana es el único corregimiento que tiene un Parque Nacional, esa, entre otras bendiciones. Tanto es mi arraigo por mi pueblo y mi gente que esta fiebre la conocen mis compañeros de la redacción. No por gusto ellos saben que cuando se habla de "la tierra de gente buena", como se le conoce a Capira, se refieren a las "aguas continentales". Sí, así es el orgullo que siento por mi tierra. Un título lejos de la realidad, pero que se me ocurrió para distinguir a mis hermanos capireños.
Hace poco me encontré a un dirigente comunitario y me contó cómo veía a su distrito. Sus relatos apuntaban a la presencia de buenos dirigentes de folclore, de karate, de escuelas de fútbol, entre otros valores, pero ninguno de ellos ha sido tomado en cuenta por las autoridades de turno.
Aquel caballero, casi apesadumbrado, me dijo: "Ya no tenemos grupos scouts. Ahora, pocos niños se pondrán ese pantaloncito corto y medias largas, pero con ellos se aprendieron valores. De los voluntarios de la Cruz Roja, es poco lo que queda. ¿Será que todo va a desaparecer?"
Añadió que hasta las bandas independientes gozaron de buena fama, pero ya se opacaron.
Más preocupación tuve cuando su reflexión enfatizó que a Capira más se le conoce por el Carnaval que por su gente. Si bien es cierto, en los últimos años se empezó a hacer el desfile de Navidad, pero sus organizadores no venden la idea de las novedades que habrá, sólo prometían reinas y murgas.
Me quedé sin palabras. La verdad duele, pero autoridades, Capira es más que un Carnaval. Es buena la fiesta, pero después de eso, ¿qué nos queda? didier.gil@epasa.com

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