miércoles, 13 de abril de 2011

GRACIAS A DIOS!


Es de gran regocijo recordar que hace ocho años DIAaDIA hacía su estreno en las calles en un día como hoy.

Fue de manera gratuita y se distribuyó en casi todas las vías principales del país. Era el esfuerzo impreso de unos 15 días de reportería entre ensayo y error, donde la camaradería y el entusiasmo entre colegas fue la nota característica.

Así empezó mi experiencia como periodista de este medio, donde se planteó desde el primer instante una nueva manera de informar. Sí, se empezó a popularizar lo que es el estilo de los diarios ligeros, experiencia que tenía años de estar reinando en Latinoamérica.

Es un periodismo ágil, notas que transmiten dinamismo, informan en la menor brevedad posible, y aunque se han hecho algunos cambios, incluso en el precio inicial, la mística de la redacción se mantiene.

Hoy celebramos el inicio de los cuatro días de Carnaval; en aquel entonces era un Miércoles de Ceniza cuando la mayoría de los panameños que regresaban del interior tuvieron la oportunidad de adquirir este novedoso producto. No tuvimos Carnavales esa vez, pero ahora hay una razón más para celebrar, gracias a la fidelidad de nuestros lectores.

Hoy, una de las grandes satisfacciones que nos permiten seguir escribiendo para ustedes es escuchar en las calles los buenos comentarios sobre este medio, aunque también son bienvenidas las críticas para mejorar. Es increíble escuchar a un lector cuando con convicción expresa: "Ese es mi periódico, ese es el periódico de mi familia". Muchas gracias Panamá.

PREFERIBLEMENTE

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Al inicio de clases de este año, el pasado 28 de febrero, volví a madrugar para reportear. Recorrí varios centros educativos del distrito de Panamá y San Miguelito, y en algunos planteles encontré las mismas deficiencias que publiqué en años anteriores.

Tal es el caso de la Escuela Ciudad Santa Fe, en la 24 de Diciembre, en donde me ha tocado ver a niños en aulas improvisadas, recibiendo clases en las incómodas bancas dentro de una iglesia, pero esos pequeños hacen ese sacrificio para poder aprender. Eso todavía se ve en la capital. Bueno, espero que antes de que termine el primer trimestre de este año, esa población estudiantil se haya trasladado al plantel que aún no han terminado de construir.

Lo que más me llamó la atención de este día de cobertura fue la exigencia de algunos docentes, que estaban escritas en el pizarrón, por ejemplo, pedían lápices de colores 'preferiblemente' de esta marca o en tal lugar; una libreta que no tenga argollas, sino que sea empastada. Sin ánimos de denigrar a nadie, pues no es la intención de este escrito, yo me pregunto cuándo los estudiantes y padres de familia tendrán en sus manos la potestad para solicitar al Ministerio de Educación (MEDUCA) un maestro o profesor 'preferiblemente' comprometido con los alumnos que le toque atender, que no se ausente con excusas baratas, que esté en comunicación con los acudientes, que tenga una planeación excelente y que incentive a sus alumnos a alcanzar sus ideales. No quiero demeritar ni generalizar este concepto con todos los profesionales de este campo, pero esta observación denota que hay que palpar la realidad de cada comunidad educativa para entonces 'preferiblemente' ser exigentes. didier.gil@epasa.com

Católicos y colegas




Mucha satisfacción me llevé el pasado domingo cuando al encender el televisor noté que estaban transmitiendo en directo por Telemetro la romería al Cristo de Atalaya. Confieso que no asistí a misa, y creo que el mensaje de ese día me llegó de esa manera. Dios sabe cómo actúa.
Didier Hernán Gil (didier.gil@epasa.com) | DIAaDIA

Pero más allá de ver las manifestaciones de fe y devoción hacia la imagen del Jesús Nazareno, me atrajo la narración, interpretación e improvisación de los colegas Maritza Muñoz y Axel Rivera. Los noté que estaban emocionados y estoy seguro de que la audiencia que los sintonizó en ese momento se quedaron pegados a la pantalla, pues justamente es lo que se quiere de los cristianos actuales, utilizar los recursos tecnológicos para llevar el mensaje de Dios.

Sé y he visto a Maritza en otras actividades de la Arquidiócesis y de Axel, él mismo confesó que tiene más de 20 años de estar siguiendo esta actividad católica, incluso con su familia. Es de destacar que estos colegas, actuaron a manera de instrumento, fueron portadores de mensajes positivos, de concienciar a la población y hacer docencia entre ellos, pues hubo comentarios muy acertados y entretenidos análisis de la homilía del arzobispo metropolitano José Domingo Ulloa. Eso gustó entre los católicos. En fin, fue una hermosa experiencia en la que se dejó ver que los periodistas también destacamos las cosas buenas de Panamá y su gente.

Son panameños

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Siempre he tenido admiración por las personas con discapacidad. Como periodista, me ha tocado escribir, entrevistar y convivir con estos ciudadanos admirables y sus familiares. No dejan de asombrarme sus capacidades.

El pasado jueves concluyó una exposición fotográfica denominada: "Soy un ciudadano del mundo", organizada por la Fundación Laboral de Jóvenes con Discapacidad (FL-JADIS), que estuvo en las antiguas instalaciones del Museo Reina Torres de Araúz. Créanme que me volví a deleitar con cada pieza que pude observar, pero especialmente por el mensaje que floreció con esta iniciativa.

"Si soy de Mongolia, soy mongol. Si soy de Panamá, soy panameño". Así de clarito es la intención de este escrito. Llamémoslos como se merecen. Ellos son otros panameños con un nombre y una nacionalidad.

Haber nacido con síndrome de Dawn no es una enfermedad, es una condición, igual tienen muchas habilidades, pero necesitan del apoyo de sus familiares y el tuyo para poder desarrollarse. Por todo lo anterior, basta ya de usar el término "mongólico" o "mongolito", pues para sus familiares esto sigue siendo una discriminación. Para nadie es un secreto que se utiliza este concepto para referirse a tonto, pero es todo lo contrario, tienen mucho talento, son protagonistas de sus propias vidas y de forma productiva.

Mis respetos para todos ellos. didier.gil@epasa.com

La plata y la fe

Didier Hernán Gil |DIAaDIA

Hoy traigo a colación algunas frases memorables que deben ser motivo de reflexión para cada ciudadano que, al día, en el transporte público se encuentra con más de cinco ciudadanos pidiendo dinero por "x" o "y" razón. Aturden, y en medio del tranque de las arterias de la capital, a veces se ganan miradas de desagrado, pero esgrimen todo un discurso, que al lado de los políticos se les quedan cortos. Lástima que como "los que buscan un voto" no utilizan el transporte público, al menos que no sea en tiempo de campaña, no pueden aprovechar el talento que tienen estos disertadores en los diablos rojos.

"Maldito el hombre que se hace rico con la fe". Es una frase bíblica pronunciada por el mismo Jesús, pero si se quiere nos vamos a la letra del cantautor Ricardo Arjona, quien en el tema "Jesús verbo, no sustantivo" enfatiza que: "a Jesús le da asco el pastor que se hace rico con la fe". ¡Wao, fuerte!

No soy quien para juzgar, pero entre ellos hay farsantes. Recuerdo que una vez colaboré con una de esas alcancías y al rato en un restaurante de comida rápida me encontré con "el solicitante de dinero" sacándolo de la alcancía en el baño. Se asustó y disimuló. Así fue el descaro.

En la terminal de Albrook, durante la noche, usted no tiene idea cuánta gente pide dinero para suplir sus necesidades. Ojo, hay quienes lo hacen por necesidad o desesperación, pero generalmente ya las personas no les creen, por el juegavivo que hay. No obstante, llegará el día en que habrá que rendir cuentas por nuestros actos y cada quien sabe cómo anda su conciencia.

didier.gil@epasa.com

La bulla de Dios

Didier Hernán Gil | PANAMÁ

Era mi día de descanso y viajé en la noche a Capira para aprovechar las horas del día con mi familia, pero al llegar a casa me encontré con un culto en pleno apogeo en la comunidad.

Aclaro que respeto la diversidad de credos, pues he escrito de evangélicos, episcopales, santeros, católicos, ya sean carismáticos o catecúmenos. En fin, a Dios sea la gloria.

La curiosidad me llevó a conversar con los vecinos y descubrí que no era un culto, sino una vigilia, por lo que las alabanzas y oraciones se extendieron hasta cuando en mi casa se preparaba el desayuno.

Esa mañana la mayoría de mis vecinos, y luego comprobé, que en el resto de la comunidad había una disconformidad mayor por semejante escándalo toda la noche. Nadie pudo descansar bien.

Cuando escuchaba las conversaciones de los vecinos y familiares me reía de los comentarios que hacían. ¡Son perversos!

En horas de la tarde, mi tío Raúl González se acercó para decirme que por qué no escribía sobre esas reacciones de la comunidad cuando se hace algo bueno para agradar a Dios. ¿Por qué se molestan de lo bueno?, preguntó.

En un principio lo tomé como una broma, pero más tarde me dije que tenía razón, pues ese tipo de bulla, aunque a veces excesiva, sí molesta, pero viendo un poco más allá es justo decir que se pasan cuatro días de Carnavales a todo dar y ese ruido no molesta a la mayoría. ¿Por qué será que las cosas de Dios no siempre gozan de la aceptación del ser humano?

El pecado galopa a pasos agigantados.

didier.gil@epasa.com