DIDIER HERNÁN GIL G.-/PANAMÁ
Hace poco estuve sacando unas copias en una farmacia de la ciudad y cuando entré me dio una nostalgia escuchar música de Navidad. Aclaro que esta es para mí la fecha más importante de fin de año, porque es el nacimiento del Redentor del mundo. Es un tiempo para estar en casa de mi familia y la eché de menos en ese momento. Miré cómo trabaja la mente y la habilidad de los comerciantes.
Pero, luego de atiborrar mi mente de música instrumental navideña me dije, pero si apenas es octubre. Al salir de aquella farmacia refrigerada, miré a ambos lados y caí en cuenta de que lo que se acercaba era el mes de la Patria. Sin embargo, noté que hay pocos adornos alusivos a las efemérides. Frente a esta realidad, me cuestioné cómo es que siendo panameños, a sabiendas de que se luchó por alcanzar la soberanía, que incluso hubo sangre y muertos para que ondeara la bandera tricolor en la antigua Zona del Canal, entre otras gestas patrióticas, en nuestros días, nos preocupemos más por las fiestas de fin de año. No es que sean menos importantes, pero las efemérides patrias deberían tener un sitial de supremacía en cada panameño.
Es nuestro país el que está de fiesta. Es Panamá, la tierra que te vio nacer, la que crece y merece un mayor aprecio de tu parte. Eso es memorable. Eso nos hace realmente grandes. Seamos agradecidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario